Somos Campeones del Mundo

Llevo todo el día pensando en que palabras serían las más adecuadas para expresar lo que se siente cuando a un amante del fútbol su selección le regala un mundial. No las encuentro. Es tan grande la felicidad, la alegría, la emoción que no me alcanza la imaginación para contar en un puñado de palabras lo que uno puede sentir.

Anoche sufrimos, gritamos, reimos, lloramos y nos fuimos a dormir como lo hacen los niños después de un seis de enero. Quedará grabado en nuestra memoria esa jugada, ese momento en que un chiquito de Albacete la pegó con todo lo que tenía dentro y un país entero la empujó para que aunque el portero la tocase no pudiese pararla nunca.

Ahí se me paró el tiempo. Como en las películas lo vi todo a cámara lenta. Vi las lágrimas de felicidad de los que me rodeaban y la misma piña que había en ese ya bendito Soccer City, se reproducía en el salón de mi casa. Minutos eternos hasta el final y después la gloria que durará para siempre.

A los que no les gusta el fútbol, a los que piensan que con la que está cayendo menuda bobada mirar a 11 tíos dando patadas a un trozo de cuero, sólo les digo que la felicidad que provoca y provocará un momento como este en millones de personas no lo cambio por nada. Cada cosa tiene su tiempo y ahora somos CAMPEONES DEL MUNDO.

PD: En un rato o en unos días todas las fotos de la celebración en la Plaza de la Villa de los del que Ketepati que disfrutaron como niños.